Dado que Transilmonio es un dios cibernético, la mejor forma de orarle será a través de este medio. Así que dejo este espacio para que envieís vuestros ruesgos al Mono.
Si no teneis ganas de leer la historia, hacia el final hay una foto (un poco más gore) de la herida recién hecha. ¡Qué coño! Leed la historia, si es una de mis mejores batallitas. ¡He dicho!
¡Ay, el mundo de las cicatrices! Yo tengo las rodillas marcadas, también, sobretodo la izquierda. Me clavé unos cristales de pequeña (yo ni me acuerdo).
Si señora, herida de guerra y batallita para los restos...es más, creo que debería ponerlo en mi CV. jejeje. (Te dejo un comment en la entrada también)
¡Ay, el mundo de las cicatrices! Yo tengo las rodillas marcadas, también, sobretodo la izquierda. Me clavé unos cristales de pequeña (yo ni me acuerdo).
ResponderEliminarHeridas de guerra, nena.
Si señora, herida de guerra y batallita para los restos...es más, creo que debería ponerlo en mi CV. jejeje. (Te dejo un comment en la entrada también)
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